Primeros de julio del año 2011, lluvia imprevista, típica tormenta de verano..., bajamos del AVE en Madrid, y ya en la calle tras una corta caminata aparecio ante nosotros una extraña colección de figuras en blanco y negro a cual más interesante y que nos retuvo un buen rato observándolas y rodeándolas como sí quisiéramos entablar conversación con ellas.
No pudo ser , por más que nos empeñamos, aquellos seres estaticos no decían nada.
No decían nada con palabras pero si que eran tremendamente expresivos, o por lo menos lo fueron para nosotros durante unos minutos...
La última y la primera me parecen especialmente acertadas
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